Páginas

viernes, 22 de enero de 2016

¿Original o replica? El éxito de ser tu mismo.

por sus frutos se conoceran

Cuantas personas creen que copiando el estilo de los demás van a lograr el éxito en lo que se proponen, y la realidad a la que se encuentran es que nunca podrán ser la mejor copia de alguien.

Es importante primero descubrir quien eres, cual es tu verdadera naturaleza y entonces podrás tener el éxito en todos las áreas de tu vida.



Les comparto un cuento oriental, aparentemente muy simple, para reflexionar acerca de este tema.

¿Y porque un simple cuento y no un teorema de psicología interpersonal froyniana nivel 28 de no se que?

Porque nuestros males vienen de tanto razonamiento que le queremos dar a las cosas, cuando si volvemos a la simplicidad de la naturaleza podremos entendernos como seres humanos.

Los niños aprenden excelente con cuentos, pero los adultos queremos que nos enseñen con cosas complejas que solo nos confunden y alimentan el ego.



EL ÁRBOL QUE NO SABÍA QUIEN ERA

Había una vez en un lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un jardín esplendoroso con árboles de todo tipo: manzanos, perales, naranjos, grandes rosales,... Todo era alegría en el jardín y todos estaban muy satisfechos y felices. Excepto un árbol que se sentía profundamente triste. Tenía un problema: no daba frutos.
-No sé quién soy... -se lamentaba-.
-Te falta concentración... -le decía el manzano- Si realmente lo intentas podrás dar unas manzanas buenísimas... ¿Ves qué fácil es? Mira mis ramas...
-No le escuches. -exigía el rosal- Es más fácil dar rosas. ¡¡Mira qué bonitas son!!
Desesperado, el árbol intentaba todo lo que le sugerían. Pero como no conseguía ser como los demás, cada vez se sentía más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín un búho, la más sabia de las aves. Al ver la desesperación del árbol exclamó:
-No te preocupes. Tu problema no es tan grave... Tu problema es el mismo que el de muchísimos seres sobre la Tierra. No dediques tu vida a ser como los demás quieren que seas. Sé tú mismo. Conócete a ti mismo tal como eres. Para conseguir esto, escucha tu voz interior...
¿Mi voz interior?... ¿Ser yo mismo?... ¿Conocerme?... -se preguntaba el árbol angustiado y desesperado-. Después de un tiempo de desconcierto y confusión se puso a meditar sobre estos conceptos.

Finalmente un día llego a comprender. Cerró los ojos y los oídos, abrió el corazón, y pudo escuchar su voz interior susurrándole:
"Tú nunca en la vida darás manzanas porque no eres un manzano. Tampoco florecerás cada
primavera porque no eres un rosal. Tú eres un roble. Tu destino es crecer grande y majestuoso, dar nido a las aves, sombra a los viajeros, y belleza al paisaje. Esto es quien eres. ¡Sé quien eres!, ¡sé quien eres!..."

Poco a poco el árbol se fue sintiendo cada vez más fuerte y seguro de sí mismo. Se dispuso a ser lo que en el fondo era. Pronto ocupó su espacio y fue admirado y respetado por todos.
Solo entonces el jardín fue completamente feliz. Cada cual celebrándose a sí mismo.




Conocen gente que no sabe quien es? que solo copia el estilo de otros?




1 comentario:

  1. Los tiempos de Dios son perfectos y aveces queremos ver nuestros frutos de inmediato, y lo peor que no sabemos cual es nuestra semilla.
    saludos

    ResponderBorrar

Gracias por tus comentarios.